lunes, 31 de marzo de 2008

Los Andenes...

este es un estracto de Rescatando Identidad publicado en la revista Conociendo lo Nuestro por José Montalva.

Acá he pasado horas, es sábado en la tarde y es la cuarta taza de café que me tomo en menos de 15 minutos. He revisado uno a uno los archivos y documentos que he conseguido para este trabajo, pero lo que busco no parece estar en ese montón de hojas viejas.
Es cierto, lo que está ya escrito parece ser bastante aceptable. Pasan algunos minutos sin ninguna idea y corroboro un viejo adagio que dice algo como que las cosas que uno busca están precisamente donde uno menos lo espera. Allí estaba gigante y majestuosa que casi podía tocarla,
como todos los días tras el cristal de mi ventana, el baluarte de los Andes.
Este gran cordón montañoso del cono sur no podríamos adoptarlo como propio, pues desde la Guajira hasta la Patagonia es compartida por distintos países, pero si hay varios puntos destacables de esta dama blanca que nos hacen tener una cercanía muy próxima con ella.
Primero está la geografía de nuestro terruño, largo y angosto, como versan la mayoría de los libros de historia que leíamos desde niños.
Es cierto, esta forma de nuestro país hace que incluso desde la parte más ancha se vea el macizo
Andino, además de que éste nos acompaña en los poco más de 4000 Km que abarca nuestro territorio en longitud.
Esta gran señora no sólo está omnipresente y modela geográficamente nuestro país, sino que en cierta parte también es la que controla (con otros factores) climáticamente nuestras regiones dándole sus respectivas características.
Hasta el momento sólo he dicho cosas que quizás no sean ninguna novedad y en cierto modo he rehuido a la temática principal de este artículo, pero es en este punto donde se mezcla la historia con el mito, es en este punto donde esta gran señora se nos hace más nuestra.
Cuenta el mito que por el siglo XVI cuando los conquistadores exploraban el Nuevo Mundo y precisamente en Chile, llegaron a un sector (hoy tercera región de Atacama) en el cual descubrieron grandes porciones de la montaña con enormes terrazas a modo de escaleras. A esta curiosa forma la denominaron como Los Andenes, lo que con el tiempo derivó a lo que actualmente conocemos como Los Andes.
La pregunta que uno se hace es qué eran esas terrazas, ¿nexos con extraterrestres? ¿Procesos
geológicos? ¿Gigantes? Pero la respuesta parece ser mucho más sencilla y sensata. El sector como lo conocemos está dentro de lo que es uno de los desiertos más áridos del planeta. Pero curiosamente en ese lugar se practicaba la agricultura y a una escala no menor. Las terrazas eran un sistema que optimizaba la utilización de la escasa agua y del suelo. Este sistema lo practicaba una de nuestras etnias conocida como los Atacameños.
Ellos no sólo dieron nombre indirectamente a la más imponente de las montañas de América, sino que también de su propio gentilicio deriva el termino Atacama "el Desierto más árido del planeta".


CORDILLERA DE LOS ANDES SE FORMÓ HACE 27 MILLONES DE AÑOS.

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